Me llama la atención las menciones a la debilidad del gobierno de Bush, incapaz de "obligar" a los congresistas republicanos a apoyar su plan de salvamento de Wall Street. La independencia de criterio de cada congresista (imagino que a la vez "presionado" por todo tipo de intereses) contrasta con el servilismo de los congresistas patrios que casi siempre, fielmente, votan lo que sus jefes les dicen e incluso lo justifican con entusiasmo.
Democracia de opereta en la que el poder ejecutivo es legislativo y, a la vez (recordamos el escándalo en los nombramientos de los altos tribunales del Estado), judicial. A los excelsos defensores de nuestra democracia, siempre críticos con las formas norteamericanas, no los oiremos hacer mención de nada de esto. Estos políticos no son personas independientes y con criterio. Son meros autómatas al servicio de los núcleos de poder del partido.
Es evidente que la independencia de criterio provocaría frecuentes situaciones como la que, actualmente, se vive en EE.UU. y que las "dictaduras de los partidos" son remedios cuando la ciudadanía no es tal o aparece politizada y dogmatizada hasta niveles de infantilización.
Esta página está pensada para insertar todo tipo de informaciones sobre exposiciones, noticias, música, películas y lo que se presente. Pretende ser un foro de participación para todos aquellos que les gusta mirar por encima de sus hombros. Se admiten sugerencias.
martes, 30 de septiembre de 2008
viernes, 26 de septiembre de 2008
martes, 16 de septiembre de 2008
11 S
Pillo este enlace en Barcepundit sobre el 11 S: 102 minutes that changed America
Aprovecho para recomendar Vuelo 93.
Se me pasa el ataque a la división de poderes tras los nuevos nombramientos en el CGPJ.
Aprovecho para recomendar Vuelo 93.
Se me pasa el ataque a la división de poderes tras los nuevos nombramientos en el CGPJ.
lunes, 8 de septiembre de 2008
domingo, 7 de septiembre de 2008
Diferencias
Llama la atención la diferente forma de poder acercarse a un suceso o personaje. Entre el magnífico artículo, como casi siempre, de Muñoz Molina y el (artículo-entrevista)que aparece a propósito de la ministra Chacón. Esta pequeña hagiografía resulta fantástica en la línea de recientes escritos laudatorios. Algunos detalles:
"Chacón habla bajo, pero claro" "No es exactamente simpática. Más bien cordial y firme a la vez. Dura y sensible" "El estómago se sube a la boca. La ministra parece tranquila." "La ministra en persona abre la puerta de su casa con Miquel en brazos."
"Chacón habla bajo, pero claro" "No es exactamente simpática. Más bien cordial y firme a la vez. Dura y sensible" "El estómago se sube a la boca. La ministra parece tranquila." "La ministra en persona abre la puerta de su casa con Miquel en brazos."
martes, 2 de septiembre de 2008
Memoria histórica, again
De nuevo la actualidad sacude nuestro plácido verano. Garzón, nuestro pequeño Batman, saca a pasear su Batmóvil y "lanza la mayor investigación sobre los desaparecidos del régimen de Franco" según El País.
Como siempre en nuestro querido suelo, hay dos visiones de los hechos, una más amable y otra menos, que se reflejan en los editoriales de El País y El mundo.
Como suele sucederme, mis sensaciones aparecen divididas. Me parece una fantástica iniciativa para catalogar, concretar, delimitar, en definitiva, conocer qué paso. La connotación, ahora negativa, del verbo "remover" se aplica al "pasado" para mostrar algo que no debemos aceptar. Sin embargo, creo que todo lo que sea avanzar en el conocimiento de nuestro pasado, con sus excesos, injusticias,... es necesario. Contribuir a que se conozcan las atrocidades del régimen franquista es simplemente conocer nuestro pasado.
Pero, por otro lado, en los grupos y asociaciones de la memoria que la apoyan, y no sé si en el propio Garzón, anida una especie de revanchismo que va más allá del conocimiento de los hechos. Exigen justicia para sus familiares. Tal vez sea entendible pero movimilizar el aparato judicial para tratar de conocer sobre asuntos en los que la mayoría de sus protagonistas han muerto me parece algo imposible y que llevaría a nuevas injusticias (casos en la prensa han aparecido sobre acusaciones, realizadas incluso a partir de declaraciones puntuales y sin comprobación, a personas ya fallecidas en cuya defensa han salido sus hijos). Además los mismos principios podrían ser aplicados a los represaliados por los republicanos, al no reconocerse a la justicia franquista que luego los ensalzó.
En todo caso sería trabajo de los historiadores conocer esos hechos que sucedieron, en su mayor parte, hace más de 50 años. Acercarse a la verdad histórica, aunque siempre discutible. La "verdad oficial", judicial, ya fue establecida o rechazada, desgraciadamente en la mayoría de los casos, en su momento y no creo que hoy haya garantías de que las decenas de miles de juicios que se iniciasen fueran a traer más justicia.
Finalmente me llama la atención el nuevo enfrentamiento entre "víctimas" y poder del Estado. Este renunció a cualquier tipo de condena tras la Amnistía de 1977, aprobada para sacar adelante el nuevo proceso político. Muchos de los que apoyan la medida de Garzón querrían que no se "hiciera toda la justicia" con las "víctimas de ETA" si con ello se solucionara el problema. A la inversa funcionaríamos exactamente igual. Los que hablan de esconder el pasado y "olvidar" las culpas no desean olvidar ni "perdonar" las acciones terroristas. También exigen "justicia" y piden que el Gobierno acomode sus políticas a los deseos de las víctimas.
Como siempre en nuestro querido suelo, hay dos visiones de los hechos, una más amable y otra menos, que se reflejan en los editoriales de El País y El mundo.
Como suele sucederme, mis sensaciones aparecen divididas. Me parece una fantástica iniciativa para catalogar, concretar, delimitar, en definitiva, conocer qué paso. La connotación, ahora negativa, del verbo "remover" se aplica al "pasado" para mostrar algo que no debemos aceptar. Sin embargo, creo que todo lo que sea avanzar en el conocimiento de nuestro pasado, con sus excesos, injusticias,... es necesario. Contribuir a que se conozcan las atrocidades del régimen franquista es simplemente conocer nuestro pasado.
Pero, por otro lado, en los grupos y asociaciones de la memoria que la apoyan, y no sé si en el propio Garzón, anida una especie de revanchismo que va más allá del conocimiento de los hechos. Exigen justicia para sus familiares. Tal vez sea entendible pero movimilizar el aparato judicial para tratar de conocer sobre asuntos en los que la mayoría de sus protagonistas han muerto me parece algo imposible y que llevaría a nuevas injusticias (casos en la prensa han aparecido sobre acusaciones, realizadas incluso a partir de declaraciones puntuales y sin comprobación, a personas ya fallecidas en cuya defensa han salido sus hijos). Además los mismos principios podrían ser aplicados a los represaliados por los republicanos, al no reconocerse a la justicia franquista que luego los ensalzó.
En todo caso sería trabajo de los historiadores conocer esos hechos que sucedieron, en su mayor parte, hace más de 50 años. Acercarse a la verdad histórica, aunque siempre discutible. La "verdad oficial", judicial, ya fue establecida o rechazada, desgraciadamente en la mayoría de los casos, en su momento y no creo que hoy haya garantías de que las decenas de miles de juicios que se iniciasen fueran a traer más justicia.
Finalmente me llama la atención el nuevo enfrentamiento entre "víctimas" y poder del Estado. Este renunció a cualquier tipo de condena tras la Amnistía de 1977, aprobada para sacar adelante el nuevo proceso político. Muchos de los que apoyan la medida de Garzón querrían que no se "hiciera toda la justicia" con las "víctimas de ETA" si con ello se solucionara el problema. A la inversa funcionaríamos exactamente igual. Los que hablan de esconder el pasado y "olvidar" las culpas no desean olvidar ni "perdonar" las acciones terroristas. También exigen "justicia" y piden que el Gobierno acomode sus políticas a los deseos de las víctimas.
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