viernes, 13 de junio de 2008

Guantánamo

Por fin el Tribunal Supremo trata de poner orden en la ignominia de Guantánamo. Un desprestigio para la democracia y para los propios EE.UU.

A pesar de lo sonrojante del hecho, un atentando contra los derechos humanos, la posibilidad de criticar el hecho y al que lo promovió (el presidente Bush) y, ahora, la decisión del poder judicial, ponen de manifiesto que el sistema democrático, con sus problemas, sigue siendo una vía razonable para lograr la convivencia y el respeto a nuestros derechos. No debe olvidarse que una decisión como ésta nunca se hubiera producido en alguno de los países de los que proceden los encarcelados.

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