sábado, 25 de octubre de 2008

Las vanguardias y la I Guerra Mundial




El magnífico artículo de Muñoz Molina sobre la exposición del Thyssen acerca de las vanguardias y la I Guerra Mundial pone de manifiesto cómo,personas sensatas y con sentido común, pueden ser conducidas al "lado oscuro" llevadas por la masa, la presión del ambiente y, tal vez, la mera superviencia.
Gracias a Dios creo que hoy no llegaríamos a estos extremos, al menos en Europa. Y no únicamente por una concepción más solidaria y pacífica del mundo sino por cobardía, por "aburguesamiento, por una larga etapa de sobreprotección a manos del demonio norteamericano que ha permitido que podamos disfrutar de prosperidad y tranquilidad (Kagan dixit o aquí de forma más evidente). Las consecuencias de esta actitud ante los nuevos y peligrosos poderes emergentes y este cambiante mundo en el que, parece,los papá-USA son menos USA no podemos predecirlas.

A través de las calles de Europa aparecía cada pueblo con su pequeña antorcha, y ahora ahí esta el incendio (...) La política colonial de Francia, la política hipócrita de Rusia y la brutal voluntad de Austria han contribuido a crear la situación terrible en la que nos encontramos. Europa se debate en una gran pesadilla (...) Ciudadanos, a pesar de todo, y os digo ésto como una especie de desesperación, no hay más que una posibilidad de mantener la paz y de salvar la civilización, desde el momento en que estamos amenazados de muerte y salvajismo, la de que el proletario reúna todas sus fuerzas, y que todos los proletarios, franceses, ingleses, alemanes, italianos, rusos, pidamos a esos millones de hombres que se junten para que el latido unánime de sus corazones aleje la horrible pesadilla.
Jean Jaurès: Discurso en Lyon, 23 de julio de 1914


Eché la tarde paseando por las calles, especialmente en las cercanías de Trafalgar Square, observando a un entusiasmado gentío que me hacía a mi mismo sensible a tales emociones. Durante aquel día y los siguientes descubrí para mi sorpresa que hombres y mujeres sensatos están encantados con la perspectiva de la guerra. Yo había supuesto ingenuamente lo que la mayoría de los pacifistas afirmaban: que las guerras eran una imposición de gobiernos despóticos y maquiavélicos sobre una población que las rechazaba.
Bertrand Russell, Autobiography, 1951


Reflexiones de Stefan Zweig a posteriori sobre esos momentos.

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