sábado, 31 de marzo de 2012

Churchill

Pragmatismo en estado puro. Los límites y sus riesgos. Saber fijar un dique y, a partir de aquí, la marea que lo lleva a uno. El objetivo siempre es arribar el barco a puerto en las mejores condiciones.

Leo hoy en Zarzalejos, a propósito de las idas y venidas de nuestro actual gobierno, unas palabras de Churchill: “a menudo me he tenido que comer mis palabras y he descubierto que eran una dieta equilibrada”

Una buena receta para dogmáticos. No hay nada peor que saber lo que alguien va a opinar sobre lo que sea antes de que abra la boca. Esa especie de libro cerrado que uno lleva incorporado. Sólo necesita consultar el capítulo correspondiente. No necesita leer. Es gente feliz, convencida de sus verdades, y que se siente superior moralmente al contrario, concebido bien como un pobre hombre engañado por las fuerzas del mal bien como un ser perverso poco digno de pertenecer al género humano. Sin términos medios.

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