jueves, 1 de marzo de 2012

Drive

Ha ganado The artist. No me pareció mal. Tiene su mérito en la aparente sencillez.

Sin embargo, de todo lo visto este año que recuerde (y aún pendiente Nader y Simin) y que ha sido bastante, me quedo con Drive. Sería el momento. Y eso que cuando veo al actor principal temo lo peor. Enseguida desaparece esa sensación. Resulta enigmático, oscuro, intenso, arrebatador, arriesgado, ingenuo... Podría seguir pero refleja lo que es la película. Te la tragas sin sentir, enganchado a una trama seca, fría aparentemente, descarnada y plena de violencia y amor. Instintivamente a veces te pasa por la cabeza que estás viendo una película enorme. Así es. Llevaba tiempo sin ver algo así.

A destacar una escena. La del ascensor. Origen y final de lo que no podrá ser.




La música es otra de sus grandes bazas. Una banda sonora hipnótica donde destacan unos éxitos tecno de los de aire antiguo que casan con la peli, fríos, metálicos, imperturbables, como el protagonista, y sólo rotos por unas voces femeninas que tienen su reflejo en la chica del film.




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