viernes, 4 de julio de 2008

Lengua castellana

“A la pregunta, ¿qué es el pueblo?, contestaban: un montón de seres efímeros con cabezas, manos y pies que en este momento desdichado campan por sus respetos, con todos los síntomas exteriores de la vida, en este trozo de tierra que se llama Francia; en lugar de contestar: un pueblo es la comunidad sublime de toda una serie de generaciones pasadas, en vida y venideras, unidas todas a vida y muerte en un sólo vínculo íntimo y grandioso y en la que cada generación, y en cada generación, a su vez, cada individuo garantiza la unión común, siendo éste a su vez garantizado por ella en toda su existencia{...}
(Se hace patente) en el idioma común, en las costumbres y leyes comunes.” Muller, Elementos de política, 1808-09




Se ha levantado una cierta polvareda tras la publicación de un manifiesto firmado por una serie de "intelectuales" que defiende la enseñanza del castellano en las comunidades nacionalistas. El documento se produce a raíz de una serie de decisiones, fundamentalmente en Cataluña y País Vasco, que limitan la enseñanza del castellano o favorecen, abusivamente a decir de los manifestados, el uso del catalán/euskera frente al castellano en ámbitos no ya únicamente institucionales.

Los detractores del manifiesto hablan de la necesidad de proteger a las lenguas minoritarias, amenazadas ante el dominio del castellano. Señalan que no es necesario este debate ante una realidad social plural en la que este conflicto no se produce. "Ganas de liarla por intereses políticos".

Los defensores hablan de la necesidad de mantener la lengua común de todos los españoles que es el castellano. Pero sobre todo, y esta es la cuestión más importante, de la defensa de los derechos individuales frente a la imposición del colectivo ideario nacionalista, esto es, de parar los procesos de nacionalización que vienen impuestos desde los poderes públicos nacionalistas con la intención de "crear nación" por encima de los ciudadanos existentes.

La cuestión, como todo en España, se ha politizado y parece que los partidarios del PP y afines se ha unido en masa al manifiesto (en el que hay gentes de diversas tendencias y opiniones) por lo que los "afines" al PSOE han visto en ello una maniobra política y se oponen al manifiesto.

Los librepensadores acaban quedando reducidos a ser el origen del nuevo conflicto. Quedan ahogados por los partidismos. La defensa de los derechos individuales, lo que en principio era el manifiesto, pasa a ser una cuestión menor en un conflicto global en este lugar de trincheras.

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