domingo, 19 de abril de 2009

La clase

Empiezo con una frase del último artículo de Muñoz Molina:

El historiador es un falso profeta que vaticina como inevitable lo que pudo muy bien no haber sucedido.





Y continúo con la película francesa La clase. Magnífico retrato de la vida de un profesor de instituto en un distrito de la periferia de París. Una clase repleta de hijos de inmigrantes, desinterés de muchos, voluntarismo del que enseña. Y la vida sigue. En la mejor tradición de otras películas francesas sobre la educación (Tavernier y su famosa Hoy empieza todo (o aquí más a fondo), la casi desconocida Ser y tener de Nicholas Phillibert (aquí más a fondo), Truffaut y su "pequeño salvaje") .

El pequeño salvaje


Hoy empieza todo


Ser y tener


Pequeño reportaje del programa Días de cine sobre la película documental Ser y tener y la educación en el cine. Muy interesante.

Videos tu.tv


En este caso con un realismo casi documental, alejado de los buenismos anteriores que tanto simplifican y dulcifican lo real. Iba yo por ello con recelos, aumentados además ante las chiquilladas de las series patrias sobre institutos. Pero me encuentro con una sorpresa. Es real lo que sucede. Te reconoces, los reconoces. Los problemas, las dificultades, la falta de salida, la salida. Es la vida.

Y emociona el compromiso, el tesón, que ya quisiera uno, de ese profesor que no parece tener otra vida y que en lugar de estar "entre paredes" choca con ellas pero las ablanda , al menos a algunas... parece. No es extraño que el autor de la novela en que se basa la película actúe como profesor.

Se refleja la enorme complejidad de la cuestión educativa: el cambio en chavales que quieren ser adultos sin pagar por ello, la marginación social, las políticas educativas, el trabajo pedagógico,... Todo en el día a día y que un conflicto puntual con un alumno saca a la luz en algo que todos ya saben. ¿Sirve para algo el sistema educativo? Son reveladores momentos como el conteo de silabas en una estrofa que muestran lo obsoleto del sistema (o la lectura para el Antiguo Régimen que plntea el personaje, algo más negativo, del profesor de historia)

Y me sorprende la disciplina de las aulas (en relación al lugar en el que la obra se desarrolla), el intento de mantener una distancia aunque solo sea formal entre profesor-alumno, las diferencias entre los profesores, la pérdida de tiempo en cuestiones aparentemente banales pero básicas en ese día a día (la máquina de café) y que también acaban sin solución. Pero a la vez, y en otro sentido, la presencia de los alumnos a lo largo de toda la sesión de evaluación, el cuaderno de control que llevan en sus carteras,... En fin, el intento de buscar soluciones (abordé recientemente esta problemática a raíz del comentario sobre el libro Panfleto antipedagógico, aquí o aquí, que se puede completar con la recensión sobre varios de estos libros en la Revista de libros donde se da caña al profesorado).

Y es real. No hay demagogía ni buenismo vacío ni buenos contra malos ni verdades absolutas ni final feliz. Nuestro profesor no es un héroe, se equivoca gravemente, duda, se retira, continúa,... Algo que difícilmente veremos en un cine español repleto de moralinas.

La visión patria del tema.


Un acercamiento algo más serio de problemas en los centros. Nada del otro jueves por otro lado. También cine patrio.

2 comentarios:

M's and B dijo...

Pedro, ¿podrías subir la propuesta número tres, la del periódico con los enlaces? Es que hemos perdido la hoja y no podemos empezar a hacer el trabajo y junio se acerca!!
Gracias

Peter dijo...

Sólo tenéis que entrar en La página de Peter, acceder a 3º de ESO y allí encontraréis la propuesta 3.

Ánimo y daos prisa. Un saludo