domingo, 2 de diciembre de 2007

De nuevo la violencia

Con o sin expectativa de final dialogado, la prioridad del momento es, tras la ruptura de la tregua, la derrota policial de la banda, con el apoyo de todos los partidos. Es decir, en palabras del hasta hoy presidente del PNV, "acción policial contra ETA y deslegitimación social y política de su entorno". Esa deslegitimación debe producirse ante todo en el País Vasco. Algunos dirigentes nacionalistas han hecho todo lo contrario al descalificar burdamente la condena y detención, el viernes, de la mayoría de los 52 procesados del sumario del entorno social de ETA. Esos dirigentes se niegan a sacar las conclusiones lógicas de su reiterada denuncia de que ese entramado actúa a las órdenes de la banda.

Tales detenciones, tras las de la mayoría de los miembros de la dirección de Batasuna, sin apenas respuesta, mantienen a ese mundo en plena desorientación. La banda podría volver a matar, como hizo ayer, pero incluso los más fanáticos dudan de que hacerlo pueda servir para hacer avanzar su causa. Los atentados arruinaron la estrategia frentista de Lizarra y luego la de la negociación con el Gobierno. Frente a esa debilidad de fondo, se impone la unidad democrática. El crimen de ayer hizo posible lo que siempre fue necesario: que las fuerzas democráticas recuperasen la unidad, aparcando diferencias que no son esenciales ahora. Que no tengan duda de que ése era el deseo de la mayoría.


Limpio y perfecto el editorial del periódico El país. Unidad ante todo. Una unidad fingida, falsa. La unidad del momento como dice el editorial, las diferencias que no son esenciales ahora. Ese momento deben ser dos semanas, tres, un mes. ¿Y luego? Se justifica la unidad como respuesta a los hechos y a la petición popular. Tiempo político. Periódicos metidos a políticos. Mentiras políticas. Elecciones en marzo.javascript:void(0)
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El siguiente capítulo será: ¿quién rompió la unidad fingida?

Movimiento, cambio, fugacidad. ¿Y nosotros? Rocas o juncos que diría Hamlet.
Menos mal que nos quedan nuestros "antifascistas" que se apresurarán a manifestarse contra los que apoyan o no condenan los atentados terroristas.

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