sábado, 15 de diciembre de 2007

Lecturas, lectores

Persisten los ecos del informe Pisa y los problemas de comprensión lectora, sobre todo entre los jóvenes. Nuestro escritor Muñoz Molina arremete contra políticos y psicopedagogos y sus reformas educativas. Nuestra ministra está, en cambio, poco preocupada por el tema y dice que los resultados están en la media. Para Vicente Verdú la culpa está en los profesores "vetustos".
En fin, la sensación que tenemos es que el interés y el gusto por la lectura ha decaído o se ha banalizado. Se llevan las manos a la cabeza los adolescentes en cuanto deben leer 3 o 4 libros. Es habitual oírles comentar que fuera de la escuela ya no leen. Con ser dramático, la situación es seguramente mejor que hace 30 años pero eso no debe hacernos olvidar la gravedad del asunto.
Las cuestiones en torno a este asunto son varias. ¿Se debe obligar a los alumnos a leer en la escuela?. Parece que sí. ¿Qué lecturas son las más recomendables? Difícil decidirlo, tal vez estos autores menores para jóvenes, sin grandes pretensiones, pero que pueden animar al chico a estar sentado un par de horas delante de un texto, desarrollando de paso su comprensión lectora (los estaríamos formando para ser futuros devoradores de best-sellers. Algo es algo). O tal vez, ya en niveles algo superiores, a nuestros "clásicos". ¿Debe leerse La Celestina, el Quijote, la Regenta, Madame Bovary, Galdós, la generación del 27? Estas lecturas requieren de un esfuerzo previo, de un nivel de comprensión de las circunstancias, el contexto, el autor que pueden hacer más complejo el disfrute por parte del alumno. El adolescente acaba odiando a Clarín o a Baroja. Pero es evidente que la escuela también está para transmitir "valores culturales", básicos para cualquier ciudadano medianamente formado.
La solución queda en manos de nuestros profesores de literatura.





Y como vamos de lecturas, acaba de ser publicada la última novela de Arturo Pérez-Reverte, Un día de cólera. La novela aborda el momento del levantamiento del 2 de mayo en Madrid contra los franceses. El pasado suplemento de El País abordó el asunto de forma detallada incluyendo una entrevista, la crítica literaria del libro e incluso el capítulo primero de la obra. Incluye finalmente una recomendación de las mejores batallas narradas por el cine. Casi todas ellas películas imprescindibles.

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