domingo, 20 de abril de 2008

Otra vez los medios de comunicación

Realmente viendo lo sucedido con el último artículo aparecido en la Cadena Ser y escrito por su director, Daniel Anido, vuelvo a darle vueltas a esto del periodismo y me entra el revuelco. El artículo es deleznable por los insultos y el lenguaje utilizado. Bueno. Se me ocurre mirar los mensajes que aparecen en la propia página de la cadena sobre el referido artículo. En su mayor parte son de apoyo ("ya era hora de que les contestasemos...", "no se puede decir más claro", "se lo merecen..."). Se me ocurre escribir denunciando las maneras pero el mensaje no aparece (problema técnico seguro). El resultado es que más de 3/4 de los mensajes son de ánimo, ánimo a seguir insultando.
Estamos entonces en que la opinión de los lectores se convierte en prolongación y refuerzo del propio artículo para aquel incauto que, a lo mejor, pueda dudar de la validez del mismo. No es ya el hecho de que la mayoría de los lectores de la página de la Cadena Ser se identifiquen con la misma y jaleen cualquier acto, es que ello se convierte en un auto-refuerzo.
Esto es algo que se ha generalizado en todos los medios. Las cartas al director son ya una prolongación del editorial y aparentan ser una bocanada de aire democrático y participativo. No encontrarán ustedes una carta crítica con el periódico salvo en aspectos menores o enviada por una institución/personaje que rectifica su honor. Resulta bochornoso oír las preguntas de los oyentes en la cadena COPE. Nadie disiente de Federico.
Me recuerdan estos hechos a los cristales deformantes de Luces de bohemia. Parece que ya nos conformamos con situarnos delante del espejo que nos gusta, el que nos hace delgados por ejemplo, porque nos place vernos de esta manera, así queremos que nos valoren, así somos en definitiva. Y no miramos al espejo de enfrente no sea que contemplemos que hay otras realidades, o bien nos miramos rápido y mal para observar y confirmar que somos lo que habíamos pensado ser.
Internet es la herramienta pero sin el impulso individual ésta queda en nada y, más grave, nos crea la ficción de ser más libres que nunca cuando seguimos metiditos en nuestras madrigueras con miedo a asomar la cabeza.

PD. Estas madrigueras, gracias a la red, se han hecho más grandes,con muchos conejitos iguales y con las mismas pilas, llenas de luces de neón que dicen que aquel es el mejor sitio para vivir. Estos conejitos, todos blancos, oyen hablar de los conejitos negros y se asustan porque son unos robapilas,.... Bueno, bueno, bueno

1 comentario:

Pera dijo...

Había escrito un comentario enorme, pero me ha dao un error al publicarlos y me he desmotivao para escribir.

Decía que los medios nos influyen más, mucho más de lo uqe pensamos...y que sólo una minoría es capaz de coger su propia vara de medir y tener una opinión formada sólida y autónoma.